lunes, 25 de abril de 2011

El maravilloso y trascendental derecho de ser madre

En pocos días, y específicamente el segundo domingo de mayo, estaremos recordando y por que no decirlo, celebrando el día de la madre. Presentes o ausentes en la mesa de nuestro hogar, sirve la fecha para hacer algunas reflexiones importantes al respecto.
Siempre me preguntaré ¿porqué reducir la importancia de las madres en nuestras vidas a una sola fecha? ¿Porqué esperar ese día para ser mas afectuosos y cariñosos con ellas? ¿Porqué celebrarlo un día y no todos los días?
Es cierto, que gracias a Georgette Fillipard se pudo incluír dentro de los calendarios cívicos la importancia del rol de la madre en la vida de cada uno de nosotros, pero me atrevería a pensar que ello debió ser solo el punto de partida para darnos cuenta de lo trascendentales que resultan en nuestro proceso terrenal. El problema es que nos quedamos con ese punto de partida, y no hicimos acaso lo que debíamos hacer realmente.
Al margen de ello, y reconociendo la importancia de su presencia física o espiritual en el transcurrir de nuestros días, este día debe ser siempre de honda reflexión.
Sería bueno quizá que cada uno de nosotros hiciera una especie de revisión retrospectiva de lo que nos ha tocado vivir hasta la fecha, y verificar las veces en que aquella mujercita de cabeza cana, estuvo en sus años lozanos junto a nosotros, y como a pesar del tiempo y pintar de repente en sus cabellos algunas canas de color plateado, sigue pendiente de nosotros, preguntándonos con un susurro como estamos o que nos falta.
Por que para la madre, el hijo nunca deja de ser niño, y por lo tanto nunca deja de ser hijo. No importa lo que hagamos, no importa si hablamos mal o si nos equivocamos de camino: ella siempre está allí para ser el aliento que necesitamos para avanzar.
La vida nos da en su desarrollo oportunidades increíbles para ser mejores, o también para fracasar, pero independientemente de ello, ella siempre está allí... y lo va ha seguir estando aún cuando su alma haya dejado esta envoltura a la que le llamamos cuerpo y se haya trasladado al infinito cielo azul para colgarse en una estrella que alumbre cada uno de nuestros pasos.
Como negar entonces la importancia de su presencia en cada momento, como negar la ternura con la que nos alberga al vernos llegar. Nosotros, que a veces nos quejamos de los problemas económicos originados por los bajos sueldos, que nos quejamos y exigimos un poco de descanso defendiendo a capa y espada nuestros derechos humanos, nos olvidamos a diario que la madre está de turno todos los días de su vida, a cualquier hora, en cualquier momento, por que jamás le importa a ella misma su cansancio, por que no le importa muchas veces su salud, o si tiene la posibilidad de distraerse en algún lugar: por que la madre no piensa en ella si no en los que ama, al final del camino ella misma no se importa por que todo lo hace por amor a los suyos.
Ellas,  - tal como lo dice Facundo Cabral en uno de sus conciertos al referirse a su madre –nunca usan en su vida una agenda, por que no la necesitan: simplemente todo lo que hacen se los dicta el corazón, por eso nunca llevan una. Y es cierto: ellas tienen la particularidad de estar en el momento que más las necesitamos aunque no se lo pidamos, y eso es un don divino que Dios les puso a ellas en el corazón.
Es extraño sentir que en muchas ocasiones al hablar de ellas o tratar de escribir unas breves líneas en su nombre, nos cuesta expresarlas a través de la escritura. No es que no existan cosas que escribir! El detalle es que son tantas las cosas que podríamos decir que se arremolinan en la mente y no sabemos como trasladarlas a un pedazo de papel!!!.
Así que cuando eso sucede, es mejor dejarse llevar por el corazón y decir lo que ese corazón siente. Entonces madre, diré que tu cabecita cana de hoy, es lo que me da fuerza para seguir, que tu mirada al cruzarse con la mía me regala el destello de un momento de alegría, que el toque de tus manos al rozar mis cabellos, es la protección divina que Dios me envió a la tierra como ángel sin alas a la que le puso el nombre de mamá. Que tu palabra escuchada a través del hilo telefónico, produce en mi corazón mil y una formas extrañas de latir. Que tu alegría es mi alegría y que mis triunfos son solo para ti. Que al despertar el día o al comenzar de la noche, tu recuerdo brota en mi memoria como un haz de luz que convierte mi tristeza en un camino de esperanza, y que contigo a mi lado, corporal o espiritualmente soy invencible, por que nada puede derrotar mi empeño si en cada paso que doy estás presente dentro de este corazón que empezó a latir al unísono con el tuyo desde que me cobijaste en mi primera casita  de vida, ese vientre que me cuidó  y protegió de la misma manera que lo sigues haciendo hoy, a través de una plegaria convertida en oración.
Decirte, que no importa madre en donde estés,  por que tu amor rompe las barreras del tiempo y las fronteras de lo humano y lo divino se abren de par en par  para dar paso al tiempo de las alegrías, como cuando tu y yo reíamos de las diabluras que de pequeños dibujábamos de repente en alguna pared de la casa que tanto te costaba ordenar.
Se que muchas cosas quisiera cambiar en mi vida, pero lo que jamás se que cambiaré es tu mirada, tu rostro, tus manos, tu cariño y amistad y el eterno amor tuyo que me acompañan hasta hoy  sin importar en donde esté.
Es necesario pensar y hacer un inventario en nuestras vidas, para darnos cuenta realmente que es lo que tiene mas valor hasta donde hemos llegado hoy, y si tu corazón es el corazón de un hijo agradecido, estarás de acuerdo conmigo que lo mas valioso que tenemos es la imagen, el amor y la comprensión de aquella figura tierna, de cabecita cana quizá, de rostro marcado por las cosas buenas y las cosas malas, que siempre está allí, esperando por ti  en cualquier lugar de la casa, o talvez colgada de una estrella alumbrando tu camino, sabes por que? por que ella estará siempre, la invites o no ella estará acompañándote por el resto de tus días, y cuando esta vida se acabe y toque conocer el mundo de lo desconocido, se abrirán las puertas del oasis celestial, y la encargada de recibirte con el mismo amor de siempre será ella.
Así que, si realmente la amas y la respetas, y por allí andas dando tumbos en la vida, aún es tiempo de volver a encontrarla, piensa en ella cada minuto de tu vida, y cada cosa que hagas hazlo pensando en ella, y verás que el día en que vuelvan a encontrarse, se olvidarán del tiempo que por cosas de la vida estuvieron separados, y recuperarán el tiempo que en verdad nunca perdieron, y se confundirán en uno solo como sucedió en el momento que empezaste a tener vida en su cuerpo. Somos la proyección de vida de ellas, no las defraudemos. Siempre hay tiempo para volver atrás, recoger nuestros pasos y enmendar el camino. No lo dudes. Si la tienes aquí, nunca faltará en su boca y en su corazón un perdón, y si ya no la tienes contigo, bastará que observes en el firmamento, bastará que la recojas en tu corazón de hijo, para que ella, a través de un breve destello de luz, te demuestre que te ha escuchado detrás del arco iris.
Feliz día a todas las madres de Piura, del Perú y del mundo. Y gracias...por todo aquello que nos diste, que nos das y nos seguirás dando. Y a ti mamita ¡gracias!...simplemente por ser tu....y por ser yo ahora el guía de tus pasos y tus ojos cansados. Feliz día mamá!!! 

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